El Festival de Almagro encara su tercer fin de semana de representaciones lleno de interesantes propuestas. Con el calor como acompañante, los espacios escénicos de la localidad encajera ofrece un variado «menú» teatral para los amantes del género clásico.
LaSolanaMedia ha charlado en exclusiva con la directora del evento, Irene Pardo. La almeriense dirige el festival desde enero de 2023 y nos ha explicado sus principales retos al frente del mismo. Se considera una «encajera» que debe aglutinar a toda la localidad. Para ello, encabeza un equipo bien engranado que vela para que «venir a Almagro sea una experiencia completa».
LaSolanaMedia: ¿Cómo se está desarrollando esta 47ª edición?
Irene Pardo: Sin poder ofrecer aún datos cuantitativos, la percepción es de mucha afluencia de público, con la mayoría de las funciones tanto de calle como de interior con porcentaje de ocupación altísimo y sobre todo hay como una energía muy vibrante y emocionalmente que es lo que más me fascina de todo esto. Creo que tiene que ver con generar una idea experiencial de Almagro. No es que vienes al teatro. Vas al teatro, a una exposición, haces un curso de gastronomía del siglo de oro, haces una visita arquitectónica por las puertas blasonadas, tomas algo en una terraza y te saluda un cartel de Ana Caro de Mallén o de Lope de Vega. O pasas por los comercios y está todo decorado con golas que han hecho. En resumen Almagro te acoge.
LSM: ¿Cómo se hace para mantener vivo y con ilusión un festival con casi 50 años?
Irene Pardo: Hay tres cosas que son fundamentales para lograrlo que son: tener respeto a todas las ediciones anteriores, respeto a la tradición, respeto a la herencia cultural, hay que generar un festival muy participativo e involucrar a la gente. Para ello hay que empezar por el patronato del festival con instituciones, Universidad y Museo para que se sientan implicados y tiene que ser un festival muy cercano al territorio. Este festival no se puede realizar en otro sitio, es lo que es porque se realiza en una localidad de 9.000 habitantes con unos espacios arquitectónicos maravillosos. Pisar Almagro es pisar el siglo XVI y XVII entonces hay que trabajar con ese material tan extraordinario y escuchar mucho a las compañías; también a quienes habitan este entorno todo el año y crear esa idea de un festival de festivales. Este festival ofrece un perfil para cada persona, a veces más clásico y a veces más arriesgado.

LSM: Este festival es ante todo un punto de encuentro…
Irene Pardo: Almagro es un punto de encuentro muy familiar. Ser compañía exige de solidaridad, generosidad, la lealtad, la alegría con la que tienes que trabajar, eso es Almagro. Ese es el espíritu que me gustaría que quedara en Almagro. Es como si viviéramos en una compañía en este festival.
LSM: ¿Con qué objetivo cumplirías tu misión aquí?
Irene Pardo: Me gustaría que se dejara el poso de que es festival para todos y para todas, que no es para los académicos del clásico, ni para las compañías, ni solamente para Almagro. Me gustaría que todo se entretejiera. Me dijo Marina Bollaín que soy muy encajera. Ese es el festival que a mí me gustaría dejar. Un festival que esté entretejido con todo los hilos que aporta cada uno en lo suyo. Para mí es importante presentar al Brujo como Premio Corral, pero también Maika, Nieves y Carmen que son el equipo de sastrería del festival porque si no planchan ese vestuario, no se puede representar. O la mujer que baldea el agua para que el corral no abrase y a la vez estar con Laila Ripoll. Ese es el festival que me gustaría dejar.

